Un nuevo estudio demostró que las personas con síndrome metabólico tienen un 39 % más de riesgo de desarrollar enfermedad de Parkinson que quienes no lo padecen.[1]
Los investigadores realizaron un seguimiento de más de 400.000 personas durante 15 años para el estudio de cohorte, que también reveló que el riesgo de enfermedad de Parkinson era mayor entre quienes presentaban síndrome metabólico y predisposición genética a la enfermedad de Parkinson.
“Nuestros hallazgos sugieren que los médicos y médicas deberían considerar la salud metabólica como parte de una estrategia más amplia para la salud cerebral. En el caso de los y las pacientes con síndrome metabólico, especialmente aquellos con genes que aumentan el riesgo de desarrollar párkinson, se podría recomendar a los médicos una monitorización más estrecha de la salud neurológica”, declaró a Medscape Noticias Médicas la coautora del estudio, la Dra. Jiao Wang, investigadora del Karolinska Institutet en Solna, Suecia.
“Lo más importante es que con estos datos se refuerza el mensaje de que las intervenciones en el estilo de vida, como la dieta, el ejercicio y el control del peso, dirigidas a mejorar la salud metabólica, también podrían reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad de Parkinson”, añadió.
El estudio se publicó en versión electrónica el 20 de agosto en Neurology.[1]
Un factor de riesgo modificable
Se estima que el síndrome metabólico afecta a 1 de cada 3 adultos en Estados Unidos y es un factor de riesgo conocido en enfermedades crónicas como la diabetes y la demencia.
Investigaciones previas sobre la enfermedad de Parkinson y el síndrome metabólico han mostrado resultados dispares, a menudo debido a periodos de seguimiento limitados o muestras pequeñas, señalaron los investigadores e investigadoras. Su análisis principal incluyó a 467.200 personas de entre 37 y 73 años sin enfermedad de Parkinson al inicio (edad promedio: 56,5 años; 54 % mujeres) del Biobanco del Reino Unido.
El síndrome metabólico se definió como la presencia de tres o más de los factores de riesgo típicos: exceso de grasa abdominal, hipertensión arterial, dislipidemia, hipertrigliceridemia e hiperglucemia. En su cohorte, 177.407 participantes (37,97 %) presentaban síndrome metabólico.
Los autores y autoras utilizaron una puntuación de riesgo poligénico basada en variantes genéticas relacionadas con la enfermedad de Parkinson para evaluar el papel de la genética en la asociación entre la enfermedad de Parkinson y el síndrome metabólico, y modelos de riesgos proporcionales de Cox para analizar el tiempo que las personas tardaban en desarrollar la enfermedad de Parkinson tras su incorporación al estudio.
Para comprender la interacción entre la genética y el metabolismo, y comparar el riesgo según las afecciones, se utilizaron modelos de variables de seis categorías.
La genética influye
Durante el periodo de seguimiento, 3.222 personas desarrollaron enfermedad de Parkinson.
Tras ajustar por covariables como la edad, el consumo de alcohol, la actividad física, el sueño y la genética, el síndrome metabólico se asoció con un riesgo 39 % mayor de enfermedad de Parkison (hazard ratio [HR]: 1,39; intervalo de confianza [IC] del 95 %: 1,11 a 1,74).
Cabe destacar que la asociación con el riesgo de enfermedad de Parkinson dependía de la dosis: a mayor número de factores de riesgo del síndrome metabólico, mayor era la probabilidad de desarrollar enfermedad de Parkinson (HR: 1,14; p para la tendencia = 0,001). Las personas con los cinco factores de riesgo metabólicos presentaban el mayor riesgo.
“Es como subir el volumen de un dial: cada afección adicional, como añadir hipertensión arterial a la obesidad y la hiperglucemia preexistentes, aumenta el riesgo más que tener sólo una o dos. No se trata de presentar o no síndrome metabólico, sino de la gravedad de la afección”, ahondó la Dra. Wang.
Ciertos factores se asociaron con distintos niveles de riesgo de enfermedad de Parkinson. Por ejemplo, el riesgo aumentó un 33 % en personas con exceso de grasa abdominal, un 43 % en personas con niveles bajos de colesterol unido a lipoproteínas de alta densidad y un 28 % en personas con hiperglucemia.
“Tener una alta predisposición genética a la enfermedad de Parkinson pareció exacerbar la asociación entre ella y el síndrome metabólico “, escribieron los investigadores e investigadoras.
Las personas con una puntuación alta de riesgo poligénico y síndrome metabólico tenían casi el doble de riesgo de enfermedad de Parkinson que aquellos con el síndrome y una puntuación baja (HR: 1,69; p < 0,001).
Los investigadores e investigadoras hallaron resultados similares al repetir el análisis de sensibilidad, ajustando más el índice de masa corporal y excluyendo ciertos grupos, como aquellos con enfermedad de Parkinson probablemente no diagnosticada.
Un metaanálisis adicional de nueve estudios, que incluyó a casi 25 millones de participantes y 98.582 casos de enfermedad de Parkinson, confirmó sus hallazgos.
Una posible vía para reducir el riesgo de enfermedad de Parkinson
Según los descubrimientos, las personas con una alta predisposición genética deberían tener especial cuidado en el manejo del síndrome metabólico, corroboró la Dra. Wang.
“Si bien no pueden modificar su genética, mejorar los factores metabólicos mediante un estilo de vida saludable ayudaría a compensar parte de su riesgo hereditario”, señaló.
Entre las limitaciones del estudio se encontraba que la cohorte estaba compuesta principalmente por personas caucásicas y probablemente con mejor salud que el resto de la población del Reino Unido. Es posible que no se hayan incluido los casos de enfermedad de Parkinson en etapa temprana.
En un comentario sobre los hallazgos para Medscape Noticias Médicas, la Dra. Jori Fleisher, profesora asociada de Ciencias Neurológicas en Rush University, Chicago, Estados Unidos, afirmó que el estudio se suma a un creciente cuerpo de investigación sobre los factores de riesgo modificables de la enfermedad de Parkinson.
Como médica que trata a pacientes con enfermedad de Parkinson, la Dra. Fleisher comentó que los pacientes a menudo preguntan cómo pueden cambiar el curso de su enfermedad.
Este estudio proporciona “evidencia más concreta que sugiere que si una persona tiene síndrome metabólico, puede actuar sobre esos síntomas y controlarlos… y eso reduciría el riesgo de desarrollar párkinson. Creo que esto es realmente importante”, concluyó.
El estudio fue financiado por Swedish Research Council, National Institute of Neurological Disorders and Stroke Intramural Research Program, entre otros. Las fuentes completas de financiación se incluyen en el artículo original. La Dra. Fleisher y la Dra. Wang han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.